Llevaba meses intentando sobrevivir, porque si, sobrevivía, no vivía.
Y no estoy orgullosa de esa época, porque no era yo, pero era lo que estaba a mi alcance.
Llegaron los dos días en que mi cuerpo, mi mente y mi corazón sobretodo decían BASTA.
Yo ya no podía más con mi dolor, yo ya no quería estar despierta. Nunca me había sentido así en mi vida. Y nadie se daba cuenta, o tal vez, nadie sabía que hacer conmigo y sinceramente...yo tampoco sabía que hacer conmigo.
No encontraba solución ni fuerza, y tome la peor decisión.
Pero después de caer a lo más profundo del pozo, sólo queda tomar impulso para salir adelante ..